viernes, 25 de agosto de 2017

¿Quo Vadis, Francisco?

Si el Papa viene a Colombia, según dicen por ahí, a darle un espaldarazo al acuerdo que celebró Santos con las Farc, es porque no lo ha leído; si lo leyó, no lo entendió; y si lo entendió, participa del propósito de entregarnos a manos de una brutal banda que no solo es marxista-leninista, con todo lo que ello entraña, sino narco-terrorista.

Cosa distinta sería que viniera trayendo consigo el mensaje de Fátima, que pide conversión, arrepentimiento, expiación y oración.

Hace poco escribí que de hecho viene a Sodoma y Gomorra, dado que la nuestra es una sociedad cuyos valores cristianos van en vía de práctica desaparición y ha conocido en la últimas décadas unas  calamidades morales de tal índole que han resquebrajado del todo lo que Marco Palacios llamó en un escrito que conviene evocar de nuevo aquí: "La delgada corteza de nuestra civilización".

La nuestra, como sucede en otras latitudes, es ante todo una profunda crisis moral, y el supuesto "Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera" no es otra cosa que una deplorable manifestación de dicha crisis.

La paz constituye, desde luego, un valor de la más elevada jerarquía. No en vano está en el centro mismo del Evangelio:"Mi paz les dejo, mi paz les doy"(Jn. 14:27), dice el Señor. Pero, acto seguido, especifica: "La paz que yo les doy no es como la que da el mundo".

Preguntémonos, entonces, si la paz de que habla el documento Santos-Farc viene de lo alto o, por el contrario, es la engañosa que ofrece el mundo.

La paz que ofrece el Reino de Dios procede de la armonía de cada persona consigo misma, con el prójimo, con el medio social y el medio físico que la rodea, y con el propio Dios. Esa armonía es el tema central de la ética, que identifica las reglas adecuadas para la realización espiritual del ser humano, es decir, las que lo llevan a trascender de su estado meramente natural hacia instancias superiores que lo acercan a Dios. Claude Tresmontant lo ha dicho con todo el rigor que corresponde: el mensaje de Jesús de Nazareth invita a la divinización del hombre, a ser perfectos como el Padre Celestial lo es (Mt. 5:48).

La paz, así concebida, es obra del espíritu, que actúa según la verdad y la justicia.

Cosa muy distinta es la paz que da el mundo, en la que se pone de manifiesto el "Padre de la Mentira"(Jn. 8:42-44). Es una paz aparente, mal fundada, hija de la seducción, del engaño, de la componenda, de la traición, del entuerto.

¡Qué duda cabe de que lo acordado por Santos y las Farc adolece de todos estos vicios!

Es un documento torticero, contrario no solo a derecho, sino a la verdad y la justicia. La mentira campea a todo lo largo y ancho de sus 310 páginas. Basta con leerlo y examinar el modus operandi de su elaboración y su imposición. (Vid. http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/Documentos%20compartidos/24-11-2016NuevoAcuerdoFinal.pdf)

En unas desafortunadas declaraciones previas al plebiscito del 2 de octubre, en el que el pueblo colombiano rechazó ese artero documento, el Papa se atrevió a decir que "Santos se la juega toda por la paz" (Vid. https://secretummeummihi.blogspot.com.co/2017/08/alguien-que-le-cuente-los-de-corriere.html?utm_content=buffer3ee40&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer). Ojalá la prudencia lo invite a reflexionar ahora sobre este tópico y le aconseje que no se la juegue toda por ese Nuevo Acuerdo Final (NAF), que es resultado de la cobarde o cómplice claudicación de Santos en aras de la obtención de su ansiado Premio Nobel de Paz, y de una audaz maniobra de las Farc, el "Gambito de Dama" a que me referí en mi último escrito para este blog.

"De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno", es un dicho de sobra repetido que el Papa parece desafiar a cada rato.

Sus recientes declaraciones sobre la invasión islámica a Europa han desconcertado a tirios y troyanos en el viejo continente, tal como puede leerse, por ejemplo, en este artículo publicado por Boulevard Voltaire, un medio que suele simpatizar con las posturas católicas: http://www.bvoltaire.fr/pape-francois-serait-judas-vatican/?mc_cid=e4574fe248&mc_eid=ebb220c34a

Ahí se le acusa de poner en peligro la seguridad de todos los europeos, que sufren hoy la amenaza del terrorismo musulmán.

¿Ignora, en lo que a nosotros atañe, que el NAF nos pone ad portas de la instauración de un régimen totalitario y liberticida de inspiración marxista-leninista, controlado por una mafia narcotraficante, que según pregonan sus propiciadores traerá consigo la imposición de la ideología de género y, en consecuencia, la persecución soterrada a quienes creemos en el Evangelio?

Es verdad que el Evangelio nos invita a perdonar y olvidar las ofensas, así como a ser misericordiosos y pacientes. Pero la Sagrada Escritura nos habla de mantenernos alertas frente a las asechanzas del Demonio (V.gr. Efesios 6:13-18). Y San Pedro nos advierte: "Sean sobrios y estén vigilantes, porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quien devorar" (Pedro 1:58)

Las Farc son maestras en el arte del engaño. Bueno sería que el actual ocupante de la Sede de San Pedro viniera a prevenirnos contra sus aviesos propósitos.


2 comentarios:

  1. Ante la pérdida total de la moral y los escrúpulos de nuestras élites gobernantes, en Colombia y Venezuela, y ante la posición del actual jefe máximo de la Iglesia Católica, el siguiente aparte del libro “La Vida de la Razón o Fases del Progreso Humano”, de Jorge Santayana, podría ser de aplicación a nuestra realidad:
    “Un gobierno no se torna representativo o justo por el expediente mecánico de elegir a sus miembros mediante el sufragio universal. Sólo se torna representativo cuando encarna en su política, sea por instinto o a causa de una elevada inteligencia, los intereses conscientes e inconscientes del pueblo.”
    “La teoría democrática parece hallarse en lo justo, no obstante, respecto al fracaso efectivo de las teocracias, monarquías y oligarquías en asegurar el bien general. La auténtica eminencia que pueden haber poseído al principio los jefes naturales se convierte por lo común en una autoridad convencional y carente de base. El gobierno vuelve a ser el atacante primitivo; la iglesia se opone al progreso de toda sabiduría. En tales circunstancias hay que considerar afortunado que el pueblo posea suficiente iniciativa para afirmar su voluntad y, después de limpiar el terreno más o menos sumaria, permita que alguna nueva organización, más representativa de los auténticos intereses, reemplace a las antiguas trabas y tiranías.”

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  2. En efecto, como Cristiano Católico deploro que el Papa Francisco dejando ver su posición respecto del tema Colombiano de la paz que Juan Manuel Santos aprovechó para entregar el Pais a las farc, nos haya abierta y mundialmente descalificado a quienes efectivamente votamos por el NO al Plebiscito tramposo que aquel traidor de Santos acomodó para tratar de cerrar con broche de oro la traición al pueblo Colombiano. Ahora, luego de haber ganado el NO que el Papa Francisco -reitero- sencillamente descalificó previamente y de haber desconocido el resultado Juan Manuel Santos, es decir, de habérselo robado, viene a Colombia a bendecir tal falsa paz que, como puede colegirse, no fue el deseo de Colombia entera. Entonces, siendo tan evidente la situación, no se entiende que el Papa Francisco cohoneste y bendiga toda esta trampa ejecutada por Juan Manuel Santos en contra de la voluntad del pueblo Cristiano y Católico Colombiano. Como bien lo recordara el doctor Jesus Vallejo mejia, el Papa Francisco advirtió que Santos se la jugaba toda por la paz; ello abarca el bendecir la traición, la trampa, el desconocimiento al Pueblo Colombiano, Papa Francisco?..

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