miércoles, 30 de agosto de 2017

¿Viene el Papa a blindar la imposición de la ideología de género en Colombia?

La ideología de género campea a lo largo y ancho del NAF. Aunque los grupos cristianos que apoyaron el No en el plebiscito pidieron que se la excluyera del primer acuerdo, tanto el gobierno como las Farc se negaron rotundamente a considerar esa solicitud.

De La Calle, con su tono engolado, salió a decir, citando a Simone de Beauvoir sin mencionarla, que "No se nace mujer, sino que se llega a serlo".(http://www.semana.com/nacion/articulo/humberto-de-la-calle-aclara-enfoque-de-genero-de-los-acuerdos-de-paz/499350; https://culturacolectiva.com/historia/no-se-nace-mujer-llega-una-a-serlo-simone-de-beauvoir/). Y las Farc, por su parte, alegaron que dentro de los acuerdos de paz había que decidir sobre la condición femenina y especialmente acerca de la violencia contra la mujer, asunto en el que, dicho sea de paso, esa organización criminal ha dado bastante que hablar.

Aunque los defensores del NAF niegan que la multitud de referencias que en el mismo se hacen a los derechos de la mujer y de los integrantes del colectivo LGTBI no entrañan de suyo la adopción de la ideología de género, todo lo que en ese funesto documento se estipula está concebido para que sirva de criterio de interpretación de la normatividad que se dicte para darle cumplimiento y obliga a todas las autoridades colombianas.

En realidad, esas referencias ponen de manifiesto compromisos ideológicos con el marxismo cultural, que es la matriz más significativa de la ideología de género. En el documento programático de las Farc se alude expresamente al tema de la lucha para emancipar al ser humano de todos los lazos culturales y naturales que condicionan y limitan sus aspiraciones libertarias. Y ese es en rigor el trasfondo de dicha ideología.

El marxismo cultural dice enriquecer su acervo ideológico con aportes que proceden de distintas vertientes, tales como el pansexualismo freudiano, la revolución sexual de Wilhelm Reich, las tesis de Simone de Beauvoir sobre el segundo sexo o las supuestas investigaciones sobre la conducta social de hombre y mujeres que presentó Kinsey en sus famosos informes, cuyos fraudes denunció  Judith Riesman en el libro que puede descargarse a partir del siguiente enlace: http://www.drjudithreisman.com/archives/Kinsey_Sex_and_Fraud.pdf

El punto de partida esta "mélange" es el dogma de la filosofía historicista alemana, preñada de neokantismo y neohegelianismo, según el cual "el hombre no es naturaleza, sino historia". Este enunciado le sirve de base a Sartre para afirmar que "en el hombre, la existencia precede a la esencia" y, por consiguiente, él se hace a sí mismo con independencia de todo condicionamiento. Su realidad es plástica, flexible, maleable hasta el extremo.

El papa Benedicto XVI, que sí goza de una muy sólida formación teológica y filosófica, ha señalado desde que escribía como Joseph Ratzinger que esta concepción de la libertad conlleva la negación del ser mismo del hombre:"... Todo esto, en el fondo, disimula una insurrección del hombre contra los límites que lleva consigo su ser biológico. Se opone, en último extremo, a ser criatura. El hombre tiene que ser su propio creador, versión moderna de aquel ‘seréis como dioses’; tiene que ser como Dios”(Vid. http://dspace.ceu.es/bitstream/10637/8168/1/Ideologia_VicenteMorro_2015.pdf)

La distinción entre "sexo", como categoría biológica, y "género", como categoría cultural adolece, tal como suele formulársela, sobre todo en boca de un diletante frívolo como De La Calle, de no pocas inconsistencias. Pero estas no amilanan a los ideólogos, que no van tras la verdad, sino de otros cometidos a menudo emocionales, pasionales o meramente utilitarios. De lo que se trata aquí es de destruír el orden tradicional de la civilización y erradicar la moralidad judeo-cristiana que privilegia la familia y la sexualidad responsable.

La ideología de género va muchísimo más allá de la protección razonable de la mujer frente a las inequidades que le impone la tradición o la comprensión amigable de las variadas peculiaridades de la conducta sexual. Su cometido final es muy otro, como puede advertirse no solo a partir de muchos de los enunciados con que se la formula, sino de las aplicaciones que la ponen en práctica.

No obstante la tesis de que el hombre es ante todo cultura y por consiguiente libertad frente a los condicionamientos de la naturaleza, también rechaza la cultura en cuanto tradición. Lo que le interesa es la cultura como agente de creación ex novo, es decir, como despliegue de todas las potencialidades de la imaginación, que no son susceptibles de confrontarse con lo que ha sido ni con lo que es, sino con lo que se desea. El deseo se convierte así en la clave de la comprensión del ser humano.

Ahora bien, en razón del pansexualismo,  esta ideología  pone su acento en el deseo sexual como principal motor de la conducta humana y máxima fuente de goce. El deseo y el goce que del mismo se deriva no deben sujetarse a cánones ni modelos preestablecidos  con base en la consideración de la naturaleza ni de la sociedad. Son autónomos y versátiles, de suerte todo lo que los restrinja atenta contra la libertad humana. Las únicas limitaciones que se consideran tolerables son las llamadas a evitar que se cause daño a otros, pero ese concepto de daño se mira cada vez con mayor flexibilidad.

A partir de ahí, pululan los ataques contra la familia tradicional, ya porque se la considere "alienante", bien porque se la debe redefinir en función de la maleabilidad del ser humano, sin que interesen las consecuencias que esa redefinición o relectura acarrean para la civilización.

A quienes promueven ese nuevo orden o, más precisamente hablando, desorden, no sobra recomendarles la lectura del texto ya clásico de Carl J. Zimmerman, "Family and Civilization", que muestra que la fortaleza de nuestra civilización emana de las concepciones de la familia heterosexual y la sexualidad responsable que impuso el cristianismo.(Vid. ISI Books, Wilmigton, Delaware, USA, 2008).

En nombre de la emancipación se ha difundido una idea de los derechos sexuales que termina destruyendo la libertad en nombre de ella misma, según lo demuestra Gabriele Kuby en "The Global Sexual Revolution" (Angelico Press, Kettering, OH, USA, 2015).

Todo comienza ubicando la sexualidad dentro de la categoría de la intimidad, para luego afirmar que esta es un espacio de entera libertad al que la normatividad jurídica solo puede referirse con miras a su protección, mas no a su regulación. Se sigue que lo que dos o más adultos hagan en su intimidad a nadie le importa, desde que no haya daño entre ellos.

De ahí se sigue un sinnúmero de corolarios que ameritan tratarse en capítulo aparte. Menciono algunos: la libertad sexual justifica la despenalización del incesto, como se propuso en nuestra Corte Constitucional en salvamento de voto de ingrata memoria; la Corte Suprema de los Estados Unidos aprobó el aborto en 1973 con base en la protección del derecho a la intimidad de la mujer; no solo a los adolescentes, sino también a los niños, hay que garantizarles sus derechos sexuales, lo cual está conduciendo a que se proponga la legalización de la pedofilia.

La ideología de género promueve una verdadera revolución cultural. Los que la sostienen afirman que hay que adelantarla desde la escuela, aún en las primeras etapas. De ahí los programas de educación sexual tendientes a imponerles a los niños desde la más tierna infancia la idea de que la homosexualidad es tan legítima como la heterosexualidad, así como a enseñarles que son dueños de su sexualidad y la pueden compartir con los adultos. A los maestros se les exige que sus lecciones sean explícitas.

Pero como todo esto choca con los criterios de los padres y especialmente con las ideas religiosas, a los padres y pastores que se opongan a estas modalidades aberrantes de educación sexual y se atrevan a calificar como desordenada la conducta homosexual, se los castiga con distintas penalidades, aplicables además a los maestros que se niegan a este tipo de enseñanza.

No entraré en detalles que alargarían el texto de este artículo. Remito al impactante libro que sobre el tema escribió hace algunos años Janeth Folger y que ahora está más vigente  que cuando lo publicaron: "The Criminalization of Christianity"(Vid. https://www.amazon.com/Criminalization-Christianity-Before-Becomes-Illegal/dp/1590524683)

Todas estas implicaciones están in nuce en la farragosa y acaramelada palabrería del NAF. Le pregunto al cardenal Salazar si el Papa vendrá a Colombia a blindar lo ahí acordado para destruir la moralidad y la religiosidad del pueblo colombiano.



viernes, 25 de agosto de 2017

¿Quo Vadis, Francisco?

Si el Papa viene a Colombia, según dicen por ahí, a darle un espaldarazo al acuerdo que celebró Santos con las Farc, es porque no lo ha leído; si lo leyó, no lo entendió; y si lo entendió, participa del propósito de entregarnos a manos de una brutal banda que no solo es marxista-leninista, con todo lo que ello entraña, sino narco-terrorista.

Cosa distinta sería que viniera trayendo consigo el mensaje de Fátima, que pide conversión, arrepentimiento, expiación y oración.

Hace poco escribí que de hecho viene a Sodoma y Gomorra, dado que la nuestra es una sociedad cuyos valores cristianos van en vía de práctica desaparición y ha conocido en la últimas décadas unas  calamidades morales de tal índole que han resquebrajado del todo lo que Marco Palacios llamó en un escrito que conviene evocar de nuevo aquí: "La delgada corteza de nuestra civilización".

La nuestra, como sucede en otras latitudes, es ante todo una profunda crisis moral, y el supuesto "Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera" no es otra cosa que una deplorable manifestación de dicha crisis.

La paz constituye, desde luego, un valor de la más elevada jerarquía. No en vano está en el centro mismo del Evangelio:"Mi paz les dejo, mi paz les doy"(Jn. 14:27), dice el Señor. Pero, acto seguido, especifica: "La paz que yo les doy no es como la que da el mundo".

Preguntémonos, entonces, si la paz de que habla el documento Santos-Farc viene de lo alto o, por el contrario, es la engañosa que ofrece el mundo.

La paz que ofrece el Reino de Dios procede de la armonía de cada persona consigo misma, con el prójimo, con el medio social y el medio físico que la rodea, y con el propio Dios. Esa armonía es el tema central de la ética, que identifica las reglas adecuadas para la realización espiritual del ser humano, es decir, las que lo llevan a trascender de su estado meramente natural hacia instancias superiores que lo acercan a Dios. Claude Tresmontant lo ha dicho con todo el rigor que corresponde: el mensaje de Jesús de Nazareth invita a la divinización del hombre, a ser perfectos como el Padre Celestial lo es (Mt. 5:48).

La paz, así concebida, es obra del espíritu, que actúa según la verdad y la justicia.

Cosa muy distinta es la paz que da el mundo, en la que se pone de manifiesto el "Padre de la Mentira"(Jn. 8:42-44). Es una paz aparente, mal fundada, hija de la seducción, del engaño, de la componenda, de la traición, del entuerto.

¡Qué duda cabe de que lo acordado por Santos y las Farc adolece de todos estos vicios!

Es un documento torticero, contrario no solo a derecho, sino a la verdad y la justicia. La mentira campea a todo lo largo y ancho de sus 310 páginas. Basta con leerlo y examinar el modus operandi de su elaboración y su imposición. (Vid. http://www.altocomisionadoparalapaz.gov.co/procesos-y-conversaciones/Documentos%20compartidos/24-11-2016NuevoAcuerdoFinal.pdf)

En unas desafortunadas declaraciones previas al plebiscito del 2 de octubre, en el que el pueblo colombiano rechazó ese artero documento, el Papa se atrevió a decir que "Santos se la juega toda por la paz" (Vid. https://secretummeummihi.blogspot.com.co/2017/08/alguien-que-le-cuente-los-de-corriere.html?utm_content=buffer3ee40&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer). Ojalá la prudencia lo invite a reflexionar ahora sobre este tópico y le aconseje que no se la juegue toda por ese Nuevo Acuerdo Final (NAF), que es resultado de la cobarde o cómplice claudicación de Santos en aras de la obtención de su ansiado Premio Nobel de Paz, y de una audaz maniobra de las Farc, el "Gambito de Dama" a que me referí en mi último escrito para este blog.

"De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno", es un dicho de sobra repetido que el Papa parece desafiar a cada rato.

Sus recientes declaraciones sobre la invasión islámica a Europa han desconcertado a tirios y troyanos en el viejo continente, tal como puede leerse, por ejemplo, en este artículo publicado por Boulevard Voltaire, un medio que suele simpatizar con las posturas católicas: http://www.bvoltaire.fr/pape-francois-serait-judas-vatican/?mc_cid=e4574fe248&mc_eid=ebb220c34a

Ahí se le acusa de poner en peligro la seguridad de todos los europeos, que sufren hoy la amenaza del terrorismo musulmán.

¿Ignora, en lo que a nosotros atañe, que el NAF nos pone ad portas de la instauración de un régimen totalitario y liberticida de inspiración marxista-leninista, controlado por una mafia narcotraficante, que según pregonan sus propiciadores traerá consigo la imposición de la ideología de género y, en consecuencia, la persecución soterrada a quienes creemos en el Evangelio?

Es verdad que el Evangelio nos invita a perdonar y olvidar las ofensas, así como a ser misericordiosos y pacientes. Pero la Sagrada Escritura nos habla de mantenernos alertas frente a las asechanzas del Demonio (V.gr. Efesios 6:13-18). Y San Pedro nos advierte: "Sean sobrios y estén vigilantes, porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quien devorar" (Pedro 1:58)

Las Farc son maestras en el arte del engaño. Bueno sería que el actual ocupante de la Sede de San Pedro viniera a prevenirnos contra sus aviesos propósitos.


domingo, 13 de agosto de 2017

El Gambito de Dama

Mi padre era bastante aficionado al ajedrez y tenía en su biblioteca una interesante colección de libros sobre el tema. Uno de ellos llamaba mi atención, cuando yo era niño, por su título, que me resultaba algo extraño:"El Gambito de Dama".

Tiempo después supe de qué se trataba. Es una maniobra audaz por medio de la cual uno de los jugadores sacrifica su dama haciendo caer a su contrincante en una trampa fatal. Se pierde la pieza más importante del juego para luego desatar una avasalladora guerra de posiciones que garantiza el triunfo el arriesgado contendor.

Es lo que hicieron los jugadores de las Farc al firmar el mal llamado Acuerdo Final para una paz estable y duradera con el tahúr Santos. Entregaron unos frentes y varios miles de armas, sin garantía de que ahí estuvieran todos sus recursos humanos ni todo su arsenal, a cambio de un sinnúmero de prebendas que les darán una contundente posición de privilegio en el escenario político colombiano.

No entraré en el detalle de las mismas, que es algo que he mencionado en escritos anteriores y de lo que se han ocupado otros conspicuos comentaristas de nuestra actualidad. Diré solamente que el solo listado de las mismas es espantoso a más no poder. A mis discípulos, al recomendarles la lectura de ese Acuerdo Final, les he advertido que hace parte de la literatura de terror.

A raíz de un interesante escrito de Luis Fernando Gutiérrez Tobón sobre "La Máxima Urgencia Nacional", Eugenio Fabián Moreno, un distinguido jurista nariñense que hubo de acogerse a la hospitalidad de los Estados Unidos a raíz del deterioro de la seguridad en su departamento, hizo unos comentarios que conviene traer a colación aquí.

Le cedo el uso de la palabra:

"Para Luis Fernando Gutiérrez Tobón:

"Al leer su escrito titulado “Máxima Urgencia Nacional”, me doy cuenta que usted describe la desesperanza, la amargura y la confusión de la mayoría de los colombianos, producto de las acciones del gobierno del Presidente Santos y su proceso de paz con las Farc. Ante esa situación usted pregunta: ‘¿Qué hacemos para crear un paisaje despejado, que mejore nuestra forma de vida?’

"La respuesta a su pregunta es sencilla, pero infortunadamente, como alguien dijo, “las cosas sencillas son las más difíciles de entender”. Yo he venido proponiendo la respuesta a esa pregunta, como solución al problema planteado, desde hace mucho tiempo, al uribismo, al partido CD y al público en general. Pero tal parece que nadie toma en serio lo que propongo o, más posiblemente, nadie lee lo que escribo.

"La síntesis del problema es que el gobierno del Presidente Santos y su proceso de paz no respetaron ninguna regla de juego; es decir, no obedecieron a la Constitución. Por lo tanto, ya no hay reglas de juego válidas. De aquí en adelante se impondrá la voluntad de quienes crearon el llamado Acuerdo de Paz, a su total y absoluto arbitrio.

"En consecuencia, el problema inmediato y a futuro no es quién gobierne al país de una u otra manera; pues, todo da igual. En las actuales circunstancias no interesa quién propone un mejor sistema educativo, o más o menos inversión privada, o mejor infraestrucura, o mejor salud, etc. Todo esto son asuntos de gobierno, es decir, jugadas en la política.

"Pero como el problema no es de Jugadas sino de Reglas de Juego, cualquier candidato presidencial, lo mismo que cualquier candidato al Congreso, de las próximas elecciones, debe plantear propuestas de Reglas de Juego, no de Jugadas. De esta manera, por la vía de las elecciones evitaríamos una futura guerra civil o una situación similar a la que actualmente padece Venezuela.

"Naturalmente que mi planteamiento implica que el próximo gobierno sea tan solo temporal, como un medio para producir las condiciones necesarias para que el constituyente primario establezca las reglas de juego del acceso y ejercicio del poder, dándose su propia Constitución.

"Si los electores, por mayoría, eligen como próximo Presidente a quien les hubiese prometido que él o ella cesará en sus funciones cuando la misión de institucionalizar el país se haya realizado (cuando la nación tenga su Constitución), naturalmente que esa persona tiene que dejar su cargo. Solo entonces, ya con reglas de juego aprobadas por el constituyente primario, podrán presentarse candidatos planteando jugadas, es decir, programas de gobierno.

"Ahora, cualquier propuesta de programa de gobierno no significa otra cosa que adhesión al Acuerdo de Paz firmado entre Santos y las Farc. Por eso, si entre los candidatos a las próximas elecciones presidenciales no se presenta alguien que se abstenga de plantear Jugadas y, en su lugar, plantee la manera democrática de establecer las Reglas de Juego, yo no apoyaré a candidato alguno. Es más, renunciaré a la afiliación al único partido político que se creó después de las elecciones de 2014; pues lo consideraré traidor a la causa."

Comoquiera que alguno de sus lectores observó una aparente afinidad entre esta propuesta y la de las Farc sobre una asamblea constituyente, Moreno respondió:

"Lo que yo planteo es completamente diferente a lo que plantearon y lo que puedan plantear las Farc en el futuro.

"Las Farc ya no están interesadas en constituyente alguna, porque con la actual constitución, que es un rey de burlas para ellas y para el gobierno actual, les basta y les sobre para hacer lo que se les antoje. Si ya la constitución no es respetada por quienes ya están en el poder (las Farc), ¿no es necesario que la nación se dé una constitución para que los gobernantes dependan de ella y no de grupo alguno que haya llegado al poder por un consenso al que la nación se opuso cuando votó NO el 2 de octubre?

"Mas aún: No debemos expedir una constitución de la manera como lo hemos hecho en Colombia, y en todos los países latinoamericanos; es decir, a través de partidos y movimientos políticos que no representan a los electores. Esa clase de constituciones son realmente Cartas Otorgadas, no constituciones; pues los partidos y grupos políticos que intervienen en esa expedición otorgan su constitución, es decir, las reglas que ellos han convenido para ejercer el poder, a la sociedad civil.

"Una verdadera Constitución se expide por los representantes de los electores. Esta representación se consigue cuando la sociedad civil se divide en distritos electorales, cada uno de los cuales elige tan solo un representante. Si el distrito electoral elige más de un representante, la representación queda destruida automáticamente. Y cuando son expedidas sin representación, en realidad las constituciones son tan solo cartas que los partidos políticos, de acuerdo a su propia conveniencia, otorgan a la sociedad civil.

"Cuando la que hay es una carta otorgada en lugar de Constitución, las reglas que la misma contiene son cumplidas por quienes ejercen el poder tan solo hasta que les conviene a quienes la otorgaron; pero cuando ya no les conviene, simplemente las dejan de cumplir y los otorgantes hacen lo que les da la gana, o simplemente abren otro proceso para otorgar otra carta.

"Cuando yo hablo de que la Nación se dé su propia constitución, estoy hablando de una constitución verdadera, no de una carta otorgada. Y estoy seguro de que si las Farc propusieran una constituyente, tan solo se trataría de un medio para que ellas otorguen una carta a la sociedad colombiana y, lógicamente, las beneficiarias de tal proceso tan solo serían las Farc y los grupos políticos que participaran en tal proceso; que, como están las cosas, serían la mayoría de partidos políticos, o todos, los que participaron en el proceso de paz.

"Para mejor entendimiento de lo que planteo, sugiero la lectura de libro de Antonio García Trevijano “Frente a la Gran Mentira”, que está en archivo PDF adjunto.

"https://www.diariorc.com/wp-content/uploads/2015/10/frente-a-la-gran-mentira.pdf".

Hay mucha tela para cortar en estas líneas.

Coincido con Moreno y otros articulistas, como mi dilecto amigo José Alvear Sanín, en que el Centro Democrático está dando palos de ciego en esta etapa preelectoral, pues no estamos en presencia de un debate democrático regular, sino frente a un gobierno conchabado con las Farc para perpetrar un fraude descomunal, como el que acaba de llevar a cabo el chavismo en Venezuela. 

El primer tema de fondo es entonces la reforma del régimen electoral para que sea verdaderamente confiable. Lo segundo es qué hacer con el Acuerdo Final. 

Aprecio y admiro muchísimo a Fernando Londoño Hoyos y, en el fondo, comparto su idea de que hay que hacer trizas ese funesto Acuerdo Final. Pero, ¿cómo? 

Quiérase o no, todo apunta hacia la idea de una asamblea constituyente elegida por circuscripciones uninominales, como lo propone Moreno, o del modo más transparente que permita la auténtica manifestación de la voluntad popular.

Santos pretendió burlarla al no someter el NAF a la refrendación popular. Pero lo que ha hecho para imponer sus términos ha suscitado un espíritu de discordia tal que ni siquiera la anunciada presencia del Romano Pontífice podrá superarlo. El pueblo no cree en Santos ni en las Farc, y el papa Francisco se expondrá a que el pueblo católico también deje de confiar en él, a menos que el discernimiento de que tanto habla le dicte palabras oportunas y sensatas. Mejor dicho, ahí si que pondrá a prueba su cercanía con el Espíritu Santo.

Como ya hay unos hechos cumplidos, es al pueblo a quien hay que darle la palabra para que ordene lo que corresponda en ejercicio de la soberanía que Santos mancilló.